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La arquitectura hostil llena las calles de Barcelona

Más de 1.300 personas duermen a diario en las calles de la ciudad condal
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CARMEN ALEMANY/MEDIUM

EDER BENITO

Barcelona

Barcelona es esa ciudad que acoge cerca de 171.000 turistas cada día, pero deja a 1.384 personas durmiendo al raso cada noche. Casi 500 personas han muerto desde el 2016 por culpa de vivir en las calles de la ciudad condal. Cada día son más las dificultades que se encuentran todas aquellas personas que se ven obligadas a dormir sin un techo, por culpa, entre otras cosas, de la conocida como arquitectura hostil.

 

La arquitectura hostil nace a mediados del siglo XX con el objetivo de disuadir ciertas “actividades no deseadas” en el espacio público, según cuenta el arquitecto norteamericano Oscar Newman en su libro "Creating Defensible Space". Newman apunta que estas “actividades no deseadas” pueden ser dormir, patinar e incluso sentarse. 

Pinchos en el suelo, pivotes, bolas de hormigón o bancos individuales, son algunos de los elementos más utilizados en la arquitectura hostil. También es común ver algunas estatuas conmemorativas sentadas en un banco, con la intención de que no se pueda dormir allí. 

 

Todos estos métodos, han hecho su efecto. Desde En Los Márgenes hemos encuestado a diez personas que duermen a diario en las calles de Barcelona. Ocho de estas personas han afirmado haber tenido que cambiar su sitio de pernoctación habitual por culpa de algunos elementos antipersona. Adam (41 años) explica que solía dormir en un rincón al lado de la puerta de un garaje, pero un día llegó y alguien había colocado nueve bolas de hormigón que impedían que se pudiese tumbar. Fue entonces cuando se tuvo que ir a dormir a un banco en un parque, dónde asegura no encontrarse tan seguro. 

Encontrar un lugar donde dormir en plena noche no es tan sencillo, ya que hay muchos factores a tener en cuenta como el frío, las precipitaciones o la seguridad. Es precisamente por esto que la mitad de los encuestados no tienen un sitio fijo donde dormir, sino que deambulan en busca de un mejor lugar para pasar la noche. En lo que han coincidido todas las personas consultadas es que la tarea de encontrar un buen lugar donde dormir es cada vez más difícil: cada vez hay menos bancos donde poder tumbarse, en muchas zonas cubiertas han puesto pinchos en el suelo o pivotes y en los salientes de los escaparates ahora hay vayas. 

 

Además, este es un problema que cada vez afecta a más gente, ya que cada vez hay más personas sin techo. Según datos de la Fundació Arrels, cada año hay más gente viviendo en las calles de la ciudad condal. Este 2023, han habido 153 personas más durmiendo en las calles. La cifra ha aumentado en más de un 200% desde 2006. 

El crecimiento del uso de elementos de arquitectura hostil, tan solo complica más una situación crítica. Además, estos elementos no van solo a cargo de entidades públicas, también los propietarios privados tienen su papel. Comunidades de vecinos, propietarios de tiendas o banqueros, no quieren que haya gente durmiendo delante de sus negocios o viviendas. La Fundació Arrels está haciendo un mapa donde pretende rastrear todos estos elementos de arquitectura hostil. En él se ve que las zonas más afectadas son, o bien aquellas más turísticas como el barrio gótico y la eixampla, o bien las zonas típicas de ocio nocturno como el barrio de marina. Precisamente son estas zonas las que agrupan un mayor número de personas sin techo, así que es de esperar que, tarde o temprano, estas personas vayan a buscar un lugar para pernoctar en otras áreas de Barcelona.

Por estos motivos, cada vez es más común ver gente durmiendo en tiendas de campaña. Dos de los encuestados afirman vivir así actualmente y dicen sentirse más seguros. Además, la tienda de campaña les permite pasar la noche en zonas dónde usualmente no circula mucha gente, como en túneles o callejones. También explican que la mejor forma de sobrevivir en las calles de Barcelona es no ir solo, es por eso que muchas de estas personas se agrupan en una misma zona. 

 

Otra de las opciones de las que disponen las personas que viven en la calle para pasar la noche, son los albergues, tanto privados como públicos, que les prestan ayuda. Sin embargo, ninguna de las personas encuestadas por En Los Márgenes, acude con asiduidad a estos centros, afirmando que son, o bien poco higiénicos, o bien inseguros, por la cantidad de conflictos que en ellos se dan. 

 

El sinhogarismo es un problema en alza en la ciudad de Barcelona y métodos como la arquitectura hostil solo hacen que empeorar la situación. Con estas políticas se está consiguiendo desplazar a todas estas personas sin hogar a los barrios más marginales, alejándoles de las zonas más turísticas. Todo con el fin de que los turistas puedan disfrutar de Barcelona, sin descubrir la triste verdad que habita en sus calles.

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