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¿Es el ‘macrocasino de Hard Rock’ un nuevo ‘Eurovegas’?

El proyecto de Salou i Vila-Seca presentado en 2012 no va a ver la luz a corto plazo

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Rob Olivera

EDER BENITO

Barcelona

El  ‘macrocasino de Hard Rock’  de Salou y Vila-Seca no va a ver la luz a corto plazo. El proyecto que inició en 2012 la constructora Veremonte en el mandato de CiU y que en 2017 pasó a manos de Hard Rock, aún no ha conseguido todos los permisos requeridos para comenzar la construcción del que se espera que sea uno de los mayores casinos de Europa. Son estos inconvenientes los que hacen que este proyecto recuerde al caso de Eurovegas, el macrocasino que Sheldon Adelson quería construir en Alcorcón (Madrid), pero que finalemente nunca se llevó a cabo por falta de inversores.

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Si bien el PDU (Plan Director Urbanístico) del complejo turístico propuesto por Hard Rock fue aprobado en el Parlament de Catalunya en 2016, la plataforma Aturem el Hard Rock denunció el caso ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, que acabó por tumbar el proyecto por la peligrosidad que suponía su cercanía a la petroquímica Ercros. Otro de los problemas que supone la construcción del complejo es que el terreno está al lado de la Sèquia Major, un espacio natural protegido. Estos factores hacen también que el proyecto no haya conseguido pasar las restricciones medioambientales. Además, la plataforma contraria al proyecto (Aturem el Hard Rock) se ha reunido recientemente con el departamento de Acción Climática de la Generalitat y, según han explicado, es “completamente imposible que el proyecto pueda avanzar tal y como está planteado ahora”. Afirman también que no bastaría con los cambios que pueda hacer Hard Rock, ya que también se necesitan cambios en Ercros, para mejorar la seguridad en caso de accidente químico. Para todo ello se tienen que presentar propuestas de proyecto, cosa que aún no ha ocurrido.

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Otro de los grandes puntos de inflexión es el de la compra de los terrenos. El suelo de la zona es propiedad de La Caixa, que le ha puesto un precio de 120 millones de euros. Hard Rock no quiere comprar directamente los terrenos y esto hace que tenga que haber un intermediario: Incasòl, la empresa pública dependiente de la Generalitat. Una vez Incasòl comprase los terrenos, Hard Rock se los compraría a plazos. El principal problema en toda esta operación es que Incasòl, al ser una empresa pública, estaría usando el dinero de todos los contribuyentes en un movimiento sin ningún tipo de garantía. Según afirma Eloi Redón (portavoz de Aturem el Hard Rock) el precontrato entre Incasòl y Hard Rock no solo no da garantías a la empresa catalana, sino que da facilidades a la empresa estadounidense para retirarse en cualquier momento: en caso de que el proyecto se anule, el suelo seguirá siendo de Incasòl que, además, tendrá que devolver el dinero que Hard Rock le haya pagado ya.

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En el ámbito político hay todo tipo de opiniones. Pere Granados (alcalde de Salou por SUMEM PER SALOU-PSC) se muestra entusiasmado con el proyecto y afirma que beneficiará mucho a Salou, creando empleos y atrayendo a turistas. Incluso acusó a Manel Balcells (consejero de salud de la Generalitat) de “irresponsable” por afirmar que el proyecto de Hard Rock podía suponer un riesgo para la salud mental provocando casos de ludopatía. Lo cierto es que uno de los factores de riesgo que pueden provocar adicción es el nivel económico y, siendo Salou una zona con renda per capita baja, el nuevo ‘macrocasino’ puede hacer aumentar estos casos.

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La construcción del complejo fue aceptada por CIU en 2012, pero después de muchos cambios fue el PSC quién obligó a ERC a aceptar construir el proyecto para aprobar los presupuestos generales de la legislatura actual (que empezó en 2023). Aún habiendo aceptado, ERC siempre se ha mostrado distante diciendo que tirarán el proyecto hacia delante, siempre que se respeten todas las medidas de seguridad y ecológicas. Por su parte, el PSC es el gran impulsor del complejo. De hecho, Aturem el Hard Rock teme que en caso de gobernar los socialistas, relajen las medidas ecológicas que pide la Generalitat para empezar la construcción del complejo.

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